Los 7 pecados del prefabricado de hormigón tradicional
1. Peso: Los elementos prefabricados de hormigón pesan en promedio 2,5TON por m3 de elemento prefabricado, lo que hace que el peso por cada pieza sea un factor clave en la programación de la obra, como también en los costos directos e indirectos de la misma, tales
como, peso propio del edificio y su requerimiento estructural, transporte, grúas de izaje, accesos al
terreno, entre otros.
2. Ineficiencia Energética: Como ya es conocido, el hormigón tiene una capacidad aislante muy
limitada versus una inercia térmica muy elevada, lo que hace que de por sí solo actúe de forma
contraproducente cuando de eficiencia térmica y energética hablamos. Los edificios habitables de
hormigón por sí solos (ya sea prefabricados o tradicionales en espesores de muro y losa
normales), no cumplen las normativas de eficiencia energéticas establecidas en el país, para ello
es requerido utilizar elementos aislantes adicionales, lo que eleva el costo, agrega mayor tiempo
de obra y en muchos casos genera otra problemática de postventa.
3. Baja incidencia en ahorros de tiempo de obra: Los actuales productos disponibles en el
mercado del prefabricado de hormigón, sólo inciden parcialmente en los tiempos de obra gruesa,
sin incidir en gran medida con los tiempos de ingeniería, instalaciones ni terminaciones. Las
empresas que han declarado ahorro de tiempo en obra lo hacen en un rango de entre un 20% a un
30%. Obteniendo información real de obras, hemos llegado a un ahorro de tiempo total de obra no
superior al 15%.
4. Complejidad de uniones de elementos: Al ser elementos rígidos, sueltos, los elementos
prefabricados tradicionales requieren de uniones que ameritan un grado de complejidad no menor
en obra. Existen varios tipos de uniones, siendo las más utilizadas tres: 1. Las uniones frescas, que
requieren verter hormigón fresco in-situ para unir muros, losas y vigas; 2. las uniones
mecanizadas, a través de pernos, bulones e incertos; y 3. las uniones soldadas, que requieren
soldadura in-situ para unir muros, losas y vigas. Para todas estas uniones, se requiere un pre-
montaje y un apuntalamiento previo in-situ.
5. Poco flexibles: Al ser elementos sólidos de acero y cemento, los prefabricadas de hormigón
tradicional, no son susceptibles a modificaciones posteriores simples, una vez que ya fueron
fabricados y montados. Cualquier modificación que se requiera hacer en el edificio construido, ya
sea arquitectónica o estructural, requerirá de un proceso de demolición de la zona requerida con
las problemáticas propias del proceso, esto siempre y cuando estructuralmente sea posible.
6. Proceso productivo poco amigable con el medio ambiente: Ya es conocido que la
producción de cemento es, hasta hoy, un proceso productivo altamente contaminante. Algunos
datos de estudios recientes revelan que la producción de hormigón representa cerca del 8% de las
emisiones de CO2 cada año a nivel mundial. Otro dato es que la producción de este elemento es
responsable de cerca del 9% de las extracciones de aguas industriales en todo el mundo,
anualmente. Se calcula que, en 2050, el 75% de la demanda de agua para la producción de
hormigón probablemente se producirá en regiones afectadas por la sequía y el estrés hídrico.
Otro dato que afecta la estadística es que los desechos de escombros de hormigón generados,
tanto en plantas de prefabricados, como en obras tradicionales; en más de un 95% no son
sometidos a procesos de reciclaje ni de reutilización de ningún tipo, simplemente son desechados.
7. Costo: Mayormente los elementos prefabricados de hormigón para edificación de viviendas, no
son más económicos que los elementos construidos in-situ, analizando siempre el costo final. Los
ahorros que podrían generar a las obras están dados solo por factores de tiempo de ejecución, los
cuales ya tratamos en el punto 3, y que llevados al valor del elemento, no obtenemos incidencias
mayores al 1 o 2% y factores de mejora en acabados de obra gruesa y terminaciones. Ahora bien,
estos ahorros se contrarrestan con un mayor costo de transporte, izaje y elemento prefabricado en
sí, que hacen muy difícil llegar a un ahorro real final de obra.