Importancia de una estrategia bioclimática en la construcción de viviendas

Desde épocas remotas, las viviendas surgieron como una respuesta del hombre para protegerse del sol o de la lluvia, del calor o del frío. Por eso, a través de la arquitectura, el hombre ideó edificaciones capaces de satisfacer sus necesidades de auto preservación y búsqueda de confort térmico para así desarrollar su vida de forma óptima.

En este sentido, a la hora de desarrollar un proyecto habitacional energéticamente sostenible, debemos tener en cuenta una serie de aspectos basados en el clima del lugar donde reposará la vivienda. Ya que este es un factor determinante en las decisiones tomadas sobre la vivienda, especialmente en Chile donde cada región tiene condiciones distintas de temperatura y movimiento del aire, de radiación y de humedad. 
 

Climas secos

 
Se caracterizan por las altas temperaturas durante el día y confortables o frescas durante la noche en verano.
 
1. Son convenientes ubicaciones que protejan en verano de la radiación solar y de los vientos cálidos.
 
2. La exposición a la radiación solar puede reducirse mediante asentamientos compactos e incluso semienterrados, generando sombras proyectadas de unas superficies sobre otras, pintadas de colores claros para reflejar los rayos solares.
 
3. Al producirse una gran oscilación de temperaturas día-noche, se utilizan materiales de gran inercia térmica para retrasar la entrada de calor diurno al interior. Los aislamientos colocados en la cara exterior de la obra aseguran que sólo una pequeña parte del calor exterior atraviese la piel del edificio hasta su interior, mientras que la masa interior absorberá el calor generado en el interior del edificio para liberarlos por la noche, cuando la temperatura es más baja.
 
4. La inclusión de patios, con presencia de agua y plantas para humidificar el ambiente, facilita el almacenamiento del aire fresco de las noches.
 

Climas cálido húmedo

 
Se caracterizan por las altas temperaturas diurnas y nocturnas en verano y por su elevada humedad ambiental.
 
1. Es necesaria una fuerte protección frente a la radiación directa y difusa: persianas, celosías, voladizos… pero lo más importante es garantizar una buena ventilación diurna y nocturna que aumente la sensación de bienestar.
 
2. Las edificaciones poco asentadas en el terreno favorecen la circulación de aire y, en consecuencia, la disminución de la humedad. Por lo tanto, son aconsejables los emplazamientos elevados porque proporcionan mayor posibilidad de ventilación.
 
3. En zonas muy húmedas no se recomienda ubicaciones cercanas a bosques, ya que aumentan la humedad ambiental y obstaculizan el paso del viento. Por el contrario, las ubicaciones próximas al mar son aconsejables, mientras que las cercanas a ríos o lagos deben garantizar las corrientes de aire que eviten el estancamiento de la humedad.
 
4. Las cubiertas y fachadas sobrepuestas y ventiladas ayudan a refrigerar el edificio.
 
5. Es conveniente elegir colores claros y superficies rugosas en fachadas y en cubiertas.
 

Climas fríos

 
Caracterizados por bajas temperaturas en invierno y suaves o frescas en verano.
 
1. La edificación debe situarse en laderas orientadas al norte y protegidas del sur, por ejemplo, mediante la vegetación, que puede actuar como pantalla de protección frente a los vientos fríos.
 
2. Las ubicaciones próximas al mar pueden ser aconsejables porque suavizan las temperaturas, mientras que las cercanas a ríos o lagos pueden provocar el estancamiento de la humedad con el consiguiente aumento de la sensación de frío y la aparición de nieblas que interfieren la radiación solar.
 
3. Un buen grado de asentamiento en el terreno proporcionará al edificio mayor inercia térmica, estabilizando temperaturas y protegiéndolo del frío exterior, pero en ningún caso debe entorpecer la posibilidad de radiación solar ni provocar el aumento de humedad.
 

Climas templados

 
Son climas complejos, ya que es una combinación de los anteriores en diferente grado.
 
1. La inclusión de masa térmica interior facilitará la absorción del exceso de calor diurno interior, por lo que es recomendable la colocación del aislamiento por la parte exterior de los cerramientos soleados. En cerramientos sin posibilidad de captación en invierno, el aislamiento interior facilitará su calefacción mediante energías añadidas.
 
2. En climas mediterráneos marítimos lo principal es protegerse del frío y la humedad en invierno y del calor en verano. Por lo tanto, debe facilitarse la entrada de sol en épocas frías y dificultarlas en épocas calurosas mediante aberturas protegidas al sur, evitando en lo posible las orientaciones este y, sobre todo, oeste por el exceso de radiación que reciben en verano.
 
3. En climas mediterráneos de montaña lo principal es protegerse del frío. Por lo tanto, se recomiendan las edificaciones compactas, protegidas de los vientos dominantes y con un buen nivel de aislamiento. Es aconsejable el aprovechamiento de la energía solar mediante la incorporación de ventanales al sur que deben protegerse durante la noche mediante aislamiento interior.